Querida Gabrielle, has elaborado una leyenda, un lujoso imperio que muy pocos pueden costear. Demuestras que los sueños se cumplen, ya que pasaste de un cabaret donde te apodaron Coco, a lo más alto del mundo de la moda. Predicaste sencillez, y comodidad, vestiste a la mujer moderna, y te deshicistes de toda la parfernaria y el engolamiento. Odiabas los domingos, porque no habia que trabajar.
Por eso creo que te mereces esta entrada, porque cuando empecé a saber de tí, empecé a luchar un poco más.
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