En tiempos que corren y preferimos encerrarnos dentro de nuestros corazones en vez de darnos a conocer.
Sabemos como somos, o tal vez no, aún así seamos lo que seamos somos pobres almas que van sin rumbo por ciudades infestadas de gente sin alma y almas sin gente.
El caso es que nos encerramos, y nos ocultamos. Y simplemente queremos pisar charcos con botas de agua, sentarnos en el césped a jugar con hojas de otoño, y que venga alguien que de verdad te quiera, te de un beso y te enseñe lo que es vivir. Lejos de las malas intenciones y de los pensamientos horribles que nacen de las mentes del 80% de los hombres y mujeres de la vida.%25B1o%252Bhojas%252Bmujer.jpg
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